¿donde está el sol?

¡Donde está el sol!

Era se una vez una marcianita que era la princesita de browen llamada Disola.

Disola era alta y esbelta tenía 15 años y le gustaba bailar ballet ella se consideraba una buena persona que no era capaz de hacer daño ni a un porgún que es como una mosca pero con más patas y 12 cabezas .Ella tenía una corona de plata y unos zapatos rosas a juego, su pelo era azul como el mar y su piel era morada como un

lismo de su planeta.

Su planeta era un lugar tranquilo en el que todos siempre estaban soleados pero un día ocurrió lo peor

De lo peor el cielo se lleno de nubes oscuras que lo cubrían todo el sol desapareció .y que ocurriría si sus habitantes se alimentaban de la luz del sol.

Ella creía que un par de nubes pero pasaron las semanas y nada se despejo entonces decidió ir a

Ver al browende más sabio que era un gran amigo de su padre el rey de browen. Pero al llegar hablo con el sabio que le dijo que no podía hacer nada

Puesto que era una magia desconocida que ni el

Que ni él sabía lo que podía ser creía que era una magia del ejército de Brosolfia. Brosolfia era el país contrario .la princesa indignada decidió viajar a ese planeta para ver que ocurría y porque hacían eso. Cuando llego dijo indignada-porque hacéis eso- dijo. -nos estáis fastidiando el planeta-

– que pasa que no tenéis otra cosa mejor que

Hacer- añadió el sabio que la acompañaba.

-No no es eso- dijo el jefe del ejército con tono alarmante.

-A no es eso entonces que es- dijo el sabio

-Es que nuestro científico nuclear a fabricado una maquina de nubes y no sabe cómo detenerlo-

Continúo el jefe.

-¿A y porque tenemos nosotros todas las nubes?-

Dijo disola

-pues es que probamos la maquina en vuestro planeta – dijo el científico

-pero no os preocupéis tengo la solución-

Continuo.

Y así fue el científico lo tenía todo listo pero lo que no sabía era que u niño le espiaba y que sabía que el proceso a seguir para invertir el trabajo de la maquina era otro que solo él conocía así que se dispuso a ayudar y arreglo el problema en un santiamén. Y todos felices y comieron perdices.